Heridas del corazón cuenta la vida de la autora, una vida que ha estado llena de dificultades, miedos, y dolores que ella ha podido aguantar gracias a su fé. Contado en anécdotas inconexas en tercera persona, la narrativa parece ficción al principio, pero resultan ser memorias, aunque el lector no lo descubre hasta el final.
Silvia empieza su historia antes de su propio nacimiento, contando historias sobre su madre, que fue dejada huérfana de bebé y nunca conoció ni cariño ni amor en el orfanato. Parece que Silvia sigue las huellas de su madre en cuanto a sufrimiento, aunque es una niña feliz hasta que tiene siete años, una edad en la que empieza a sentirse observada; resulta ser su abuelo, que abusa de ella (nunca explica si este abuso era sexual). Cuando tiene diez años, un hombre le ataca a ella y casi le asfixia. Otros capítulos cuentan más episodios desagradables.
Silvia también tiene visiones, empezando a una edad temprana, de una niña desconocida que sufre, una niña que parece acompañarla de alguna manera. A veces también ve una casa blanca (como la Casa Blanca en Washington), y siente la necesidad de pintar lo que ella “ve”.
La autora comparte con nosotros su simplicidad, su fé en un ser superior que vela por su bien, y su preocupación por todos los que sufren. Estas tristes historias nos conmueven.
Sin embargo, este libro tiene muchos problemas. Es confuso si es narrativa o memorias, y los acontecimientos descritos no están suficientemente relacionados. Los personajes aparecen y desaparecen tan rápidamente que no llegamos a saber quienes son. Además, hay muchos errores gramaticales.
A consecuencia, es poco probable que ésta historia –a pesar de su moral de superar adversidades a través de generosidad y una fé en un ser superior– atraiga a un público más amplio.
También está disponible en tapa dura y e-book.
