Esta obra de literatura piadosa cristiana comprende una serie de fervorosas reflexiones sobre los misterios espirituales cristianos y la vida en general.
Sus cortos capítulos individuales – que consisten en breves pensamientos, oraciones y cantos de alabanza recogidos casi que en forma de diario, a menudo con hora y fecha de entrada –cubren una amplia variedad de temas pedestres. El autor comienza con el amanecer en sí: “Al despertar la aurora, comienza una nueva mañana con luz y esperanza, ilusiones que se forman del interior del alma” y continúa con reflexiones sobre el alma, los ángeles, las alabanzas al Creador, la vida familiar, la pobreza y las emociones.
El amor divino y dar gracias a Dios son temas constantes, aunque se vuelven repetitivos. De hecho, como lo indica claramente el título, el énfasis del autor está en el concepto de Dios como fuente de todo amor. El texto también está salpicado de versos edificantes provenientes de las Escrituras.
En cuanto a sus puntos débiles, hay una serie de errores tipográficos y de acentos ausentes en palabras que aparecen con frecuencia, tales como mama (mamá) y papa (papá). Estos errores deberían haber sido corregidos por un editor. Además, a pesar de la inclinación del autor por las frases poéticas, algunas frases simplistas y mal estructuradas como las siguientes, podrían distraer a los lectores: “El sol de la tarde está cayendo [sic] las aves comienzan a recogerse En sus nidos, [sic] Hoy ha sido un día poco caliente”.
Aunque el libro es teológicamente sólido y edificante, como tal es probable que sólo resulte atractivo a lectores católicos y evangélicos no muy selectivos, y es posible que sea mejor utilizado como acompañante para la oración.
También está disponible en e-book.